El pasado 12 de junio, Miguel Moreno, un marinero de 34 años originario de Canarias, fue detenido por fuerzas de la Armada Bolivariana de Venezuela mientras navegaba a bordo de un buque cazatesoros de bandera panameña en la controvertida región del Esequibo, un territorio en disputa entre Venezuela y Guyana.
El buque, dedicado a la exploración submarina y búsqueda de tesoros, fue interceptado por el buque Guaiqueri, parte de la Armada Bolivariana, en una operación que refleja la fuerte presencia y control que el gobierno chavista ha intensificado en esta área marítima.
El chavismo, liderado por Nicolás Maduro desde 2013 tras la era de Hugo Chávez, ha mantenido una postura firme sobre la soberanía venezolana en el Esequibo, reclamando este territorio que representa casi el 60% de la superficie de Guyana. Esta reclamación ha llevado a múltiples tensiones diplomáticas y acciones en la zona, incluida la interceptación de embarcaciones que, según el gobierno venezolano, operan sin autorización en sus aguas territoriales.
La detención de Moreno ha generado preocupación entre autoridades españolas y organizaciones marítimas, que exigen información sobre las condiciones del marinero y el estado del buque. Por su parte, el chavismo justifica la acción alegando la protección de la soberanía nacional y el respeto a las leyes marítimas venezolanas.
Este incidente se suma a una serie de enfrentamientos y disputas que mantienen viva la controversia por el Esequibo, un área rica en recursos naturales y estratégica para ambas naciones. Mientras tanto, Miguel Moreno permanece detenido, y su caso es un nuevo capítulo en la compleja relación entre Venezuela, el chavismo y actores internacionales.
