La Confederación Española de Policía denuncia la falta de aire acondicionado y chalecos antibalas suficientes para los agentes, especialmente durante el verano
La situación de los agentes de la Policía Nacional destinados en Ceuta ha llegado a un punto insostenible. La Confederación Española de Policía (CEP) ha denunciado públicamente las “condiciones extremas” que deben soportar cientos de agentes que trabajan sin aire acondicionado en plena ola de calor, en dependencias como las de la Calle Colón, frontera o San Juan de Dios.
“Es una auténtica vergüenza”, afirma Eduardo García, secretario provincial de la CEP, quien detalla que la mayoría de los sistemas de climatización están fuera de servicio. “Imagínense trabajar en una sala de operaciones llena de aparatos electrónicos que generan calor, con varios policías dentro durante horas. Es inhumano”.
La organización lamenta que, pese a las temperaturas extremas del verano ceutí, no se hayan asignado fondos para arreglar o instalar nuevos sistemas de refrigeración. “No sabemos si es que el Gobierno no quiere o no puede, pero no hay dinero para nada, ni siquiera para algo tan básico como el aire acondicionado”, denuncia García.
Una ley que no se cumple
Desde la CEP critican la incoherencia entre las exigencias legales sobre prevención de riesgos laborales y la realidad que se vive en las comisarías. “Las leyes están para cumplirse, no para que se apliquen solo cuando hay presupuesto. Esto es una falta de responsabilidad total”, aseguran.
El calor ya ha provocado mareos en agentes durante el servicio, lo que también afecta a los ciudadanos que acuden a dependencias policiales. “No solo los policías sufren, también la ciudadanía que recibe atención en estas instalaciones”, advierten.
Chalecos antibalas: de dotación compartida
Además de la climatización, otro problema grave es la falta de chalecos antibalas. Según la CEP, muchos agentes en prácticas y algunos veteranos se ven obligados a compartir este equipo esencial entre turnos. “No hay suficientes chalecos, y los que hay están en uso continuo, mojados de sudor, sin tiempo para secarse ni desinfectarse”, explica García, que alerta del riesgo creciente por el aumento del uso de armas blancas en la calle.
“Tiene delito”
“El Ministerio del Interior no cubre ni el mínimo necesario. Manejar una organización policial sin asegurar los recursos básicos es un auténtico desastre”, concluye el portavoz de la CEP. “En mis 35 años en esta profesión jamás había visto algo así. Esto ya es una situación de decadencia total”.
Desde la Confederación piden al Gobierno una partida presupuestaria urgente que permita subsanar estas carencias y evitar mayores riesgos, tanto para los agentes como para los ciudadanos.
