Ceuta, 21 de abril de 2025 — En un acto poco común en el panorama institucional ceutí, Ángel Gabarrón ha presentado su dimisión como presidente del Foro de la Educación de Ceuta. Su decisión, lejos de obedecer a motivos personales o partidistas, representa un gesto de dignidad y coherencia que ha generado un profundo eco en la comunidad educativa local.
Gabarrón, reconocido docente y figura de gran prestigio en Ceuta, asumió la presidencia del Foro con entusiasmo, impulsado por el deseo de contribuir a la mejora del sistema educativo local. Sin embargo, su experiencia al frente de este órgano ha terminado por confirmar lo que ya muchos intuían: el Foro de la Educación es, en palabras de algunos sectores docentes, “un trampantojo institucional” creado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) para apaciguar la presión del profesorado ceutí ante la histórica discriminación que sufre el territorio.
Este órgano, concebido como una alternativa al Consejo Escolar —del que Ceuta carece por razones de estructura política—, fue presentado como un espacio de participación y diálogo, pero nunca tuvo competencias reales ni capacidad de incidencia. La experiencia de Melilla, donde un órgano similar dejó de funcionar hace más de una década sin que nadie lo reclamara, ya presagiaba un destino similar para su homólogo ceutí.
Durante años, diversos agentes educativos en Ceuta intentaron dotar al Foro de contenido y legitimidad. Pese al escepticismo generalizado, trabajaron con la esperanza de que sus propuestas pudieran influir en la política educativa local. Pero el tiempo y los hechos demostraron lo contrario: ningún equipo ministerial, independientemente de su color político, llegó a tener en cuenta las conclusiones o acuerdos alcanzados en el seno del Foro.
Gabarrón, lejos de rendirse, optó por transformar la inutilidad del órgano en una causa: la de exigir su disolución y promover la creación de un Consejo Escolar legítimo, como el resto de comunidades del país. Incluso logró, junto al Director Provincial, que el Ministerio escuchara sus demandas. Sin embargo, la respuesta institucional fue la de siempre: ofrecer un parche.
La última propuesta del MEFP ha sido designar a los presidentes de los Foros de Ceuta y Melilla como “personas de reconocido prestigio” dentro de un órgano consultivo. Una medida que Gabarrón ha interpretado como una nueva burla a la ciudadanía ceutí y al profesorado, a quienes, según sus palabras, se pretende “conformar con migajas institucionales”.
Su dimisión, por tanto, no solo es un acto de protesta, sino también una llamada de atención ante la continua marginación que sufre la educación en Ceuta. Gabarrón ha rechazado convertirse en cómplice de lo que considera “la enésima burla institucional” hacia una ciudad que, afirma, “sigue siendo abandonada, discriminada y desatendida”.
Mientras tanto, en la comunidad educativa se plantea si este gesto encontrará continuidad en una respuesta colectiva. Aunque algunos docentes esperan que sirva como catalizador de una movilización más amplia, otros temen que, como tantas veces, el descontento se diluya entre el cansancio y la rutina.
