China ha calificado la reciente exención arancelaria sobre ciertos productos electrónicos como un «pequeño paso» para que Estados Unidos «corrija su práctica errónea» de aplicar aranceles. Un portavoz del Ministerio de Comercio de China ha declarado que Pekín está «evaluando actualmente el impacto» del memorando que exime a algunos productos tecnológicos chinos, como computadoras y teléfonos inteligentes, de los «aranceles recíprocos».
El portavoz enfatizó que esta medida es solo el «segundo ajuste a políticas relevantes» arancelarias, después de la suspensión de algunos aranceles a socios comerciales. Para Pekín, los aranceles estadounidenses, impuestos por orden ejecutiva del presidente Donald Trump, «no solo violan las leyes económicas y de mercado básicas, sino que también ignoran la cooperación complementaria y la relación de oferta y demanda entre los países».
China Afirma que «No Hay Ganadores en una Guerra Comercial»
Desde el anuncio de los denominados «aranceles recíprocos», Estados Unidos «no ha logrado resolver ninguno de los problemas» y, por el contrario, «ha socavado gravemente el orden económico y comercial internacional», según el portavoz chino. Pekín ha instado a Washington a «escuchar las voces racionales de la comunidad internacional» y dar un «gran paso para corregir sus errores».
«La posición de China sobre las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos es consistente. No hay ganadores en una guerra comercial y no hay salida para el proteccionismo», concluyó el portavoz.
Impacto en el Mercado Tecnológico
El secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, indicó que la exención arancelaria para smartphones y componentes de ordenador es temporal, ya que contarán con un gravamen específico «pronto». «Necesitamos semiconductores, chips y pantallas planas; necesitamos que estos productos se fabriquen en Estados Unidos», subrayó Lutnick, destacando la importancia de la seguridad nacional.
Esta situación ha generado incertidumbre en las empresas tecnológicas, que ahora enfrentan un futuro incierto respecto a los costos de importación y producción. Los bandazos en la política arancelaria de Estados Unidos han complicado la planificación empresarial y podrían tener repercusiones a largo plazo en el sector tecnológico global.