La apertura oficial del año judicial estuvo marcada este viernes por un clima de tensión poco habitual. La presencia del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y el plantón del líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, provocaron un ambiente crispado en un acto institucional que tradicionalmente se caracteriza por la solemnidad.
Las asociaciones judiciales de corte conservador, junto con los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) propuestos por el PP, reclamaron de manera explícita que García Ortiz no participara en la ceremonia, cuestionando su imparcialidad y su papel al frente del Ministerio Público.
La ausencia de Feijóo fue interpretada como un gesto de protesta hacia el Ejecutivo y hacia el fiscal general, en un contexto de creciente confrontación política sobre la renovación pendiente del CGPJ. El episodio pone de manifiesto las dificultades para rebajar la tensión institucional en un momento clave para la Justicia en España.