Un tiroteo en el asentamiento israelí de Ramot, en Jerusalén Este, dejó este lunes seis muertos y 15 heridos, según confirmaron medios israelíes. Entre las víctimas se encuentra el ciudadano español Yaakov Pinto, de 25 años, natural de Melilla y residente en Israel, que acababa de contraer matrimonio, confirmaron a Efe fuentes consulares y familiares.
El ataque se produjo cuando dos hombres armados abrieron fuego en el interior de un autobús a la altura del cruce de Ramot. Testigos aseguran que uno de ellos iba disfrazado de revisor. Ambos atacantes, identificados como palestinos de Cisjordania ocupada, fueron abatidos en el lugar por la policía israelí.
Los servicios de emergencia atendieron a decenas de víctimas, seis de ellas en estado crítico y tres en estado grave. “Vimos a personas tendidas en el suelo, inconscientes, a los lados de la carretera y en la acera, cerca de una parada de autobús. Había mucha destrucción, cristales rotos y gran confusión”, relató un paramédico al Times of Israel.
El grupo islamista Hamás celebró el atentado y lo calificó como una “operación heroica”, aunque no se atribuyó la autoría. En un comunicado, instó a los palestinos de Cisjordania a “intensificar la confrontación con la ocupación y sus colonos”.
El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, acudió al lugar de los hechos, mientras que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, pospuso su vista judicial en el marco de su proceso por corrupción para desplazarse también a Ramot. Se trata del ataque más mortífero registrado en Jerusalén desde 2023.
La policía investiga cómo los asaltantes lograron acceder a la zona y si contaron con apoyo externo. “Estamos tratando de esclarecer cómo llegaron los atacantes, y confío en que pronto lograremos dar con todos los implicados”, declaró el comisario adjunto Shlomi Bachar, responsable de la Región de Sion en Jerusalén.
El atentado ha sacudido a la población israelí en un contexto de creciente tensión en Oriente Medio.

Equipos de emergencia evacúan heridos y víctimas del ataque en Ramot, en Jerusalén Este Ammar Awad / Reuters