Moncloa interpreta la difusión como un nuevo episodio de acoso político mientras crece la sospecha sobre Ábalos como posible filtrador
El Gobierno ha insistido este martes en que los mensajes privados del presidente Pedro Sánchez, recientemente filtrados, no contienen «nada comprometedor» ni personal ni políticamente sensible. No obstante, el Ejecutivo se prepara para emprender acciones legales contra quienes hayan participado en su difusión, al considerar que se trata de una vulneración grave de la privacidad institucional y parte de una estrategia continuada de acoso político.
Fuentes cercanas a Moncloa califican el incidente como “otro paso más” en la campaña de presión que, aseguran, sufre el presidente desde hace meses. A pesar del contenido aparentemente inocuo de los mensajes, el Ejecutivo ve en su publicación una maniobra política para desgastar la imagen del presidente y del entorno de La Moncloa.
Mientras tanto, las miradas dentro del propio Partido Socialista se dirigen hacia el exministro José Luis Ábalos, quien estaría manejando la posibilidad de haber sido él quien filtró los mensajes, según fuentes internas del partido. Ábalos, apartado de la primera línea política tras el escándalo del caso Koldo, mantiene una relación tensa con el actual núcleo de poder del PSOE.
Desde la oposición, los partidos conservadores exigen explicaciones claras sobre el contenido de los mensajes y piden transparencia al Gobierno. Sin embargo, Moncloa insiste en no alimentar lo que considera “una campaña de intoxicación” y reitera su intención de acudir a la vía judicial para esclarecer los hechos.
