Los populares ya contemplan un adelanto electoral y algunos barones se preparan para anticipar sus propios comicios
El Partido Popular ha pasado en cuestión de horas de la euforia a la frustración. La dirección nacional del partido ha descrito la situación como un “empate en el último minuto”, reflejando la sensación de haber perdido una ventaja política crucial justo cuando parecía tener el terreno ganado.
Las expectativas iniciales eran optimistas. En Génova se respiraba confianza ante un posible escenario de adelanto electoral que, hasta hace poco, parecía jugar a favor del PP. Sin embargo, la evolución de los últimos acontecimientos políticos ha desinflado parte de ese entusiasmo. Dirigentes del partido reconocen en privado que la incertidumbre sobre los próximos pasos del Gobierno central podría truncar sus planes de consolidar posiciones de poder.
Ante este panorama, en el seno del PP ya se trabaja con la hipótesis de un adelanto de las elecciones generales. La cúpula popular no quiere ser sorprendida y ha comenzado a movilizar recursos internos para afrontar una eventual campaña en breve. En paralelo, algunos barones territoriales estudian la posibilidad de adelantar sus propios comicios autonómicos para aprovechar el tirón antes de que el escenario nacional se complique más.
“El momento era nuestro, pero esto se está enfriando”, lamenta un alto cargo del partido. En el PP son conscientes de que el contexto político es volátil y que cada movimiento en el tablero nacional puede modificar el ánimo del electorado.
La estrategia ahora pasa por mantenerse en guardia, reforzar la unidad interna y preparar el terreno para cualquier desenlace, sea en otoño o más adelante. Mientras tanto, la consigna en Génova es clara: no confiarse y estar listos para todo.
