Documentos y testimonios internos del PSOE revelan cómo la dirección del partido, con Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Francisco Salazar a la cabeza, llevó a cabo una operación para debilitar el liderazgo de Susana Díaz en Andalucía. La estrategia incluyó el aumento masivo de afiliaciones en ciertas agrupaciones clave, especialmente en la de La Macarena, en Sevilla, donde incluso se registraron militantes con residencia en Madrid.
Estas maniobras habrían sido clave para favorecer a Juan Espadas en las primarias socialistas andaluzas y, posteriormente, para facilitar la toma de control de agrupaciones consideradas “rebeldes” frente a la dirección nacional del partido.
El plan, diseñado desde Ferraz, refleja un esfuerzo coordinado para alterar los equilibrios internos del PSOE andaluz, uno de los feudos históricos más importantes del partido. Las afiliaciones masivas habrían inflado los censos en agrupaciones estratégicas, permitiendo modificar los resultados de votaciones internas y asegurar la victoria del candidato respaldado por la cúpula.
