El partido llevará a la Fiscalía el ‘pendrive’ con la información aportada por Díez mientras miembros del Gobierno reconocen errores en la gestión política de la crisis.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) vive momentos de desconcierto tras el estallido del llamado ‘caso Leire’. Fuentes internas han admitido su estupefacción ante la forma en que se ha manejado la crisis, que ha logrado empañar las buenas noticias económicas que el Gobierno había conseguido posicionar en los últimos días.
“No hemos estado rápidos y expeditivos”, reconocen dirigentes del partido y miembros del Ejecutivo, en referencia a la lenta reacción institucional y comunicativa ante las revelaciones vinculadas a Leire Díez. La filtración de datos y la forma en que se han propagado los acontecimientos han tomado por sorpresa al núcleo de mando socialista, que no anticipó el alcance político y mediático del caso.
En un intento por reconducir la situación, el PSOE ha anunciado que remitirá a la Fiscalía el pendrive con la información aportada por Díez, en lo que consideran un paso necesario para esclarecer los hechos y demostrar transparencia. La decisión llega tras varios días de presión pública y de crecientes críticas internas por la falta de contundencia en la respuesta inicial.
A pesar de los esfuerzos por mantener el foco en los logros económicos recientes —como la reducción del desempleo y la consolidación del crecimiento—, el caso ha monopolizado el debate político y mediático, debilitando el mensaje gubernamental y sembrando dudas en algunos sectores del electorado.
Desde la dirección del PSOE aseguran que se reforzarán los protocolos de actuación ante crisis para evitar que situaciones similares vuelvan a sorprender al partido. Sin embargo, la fractura interna y la pérdida de control del relato siguen generando preocupación en plena antesala de un ciclo político decisivo.
