El expresidente socialista y el presentador protagonizan una conversación cargada de críticas y reflexión política
La visita de Felipe González al programa El Hormiguero, conducido por Pablo Motos, no pasó desapercibida. Lejos de tratar temas ligeros, el expresidente del Gobierno y el presentador se enfrascaron en una conversación directa y crítica, centrada principalmente en la figura de Pedro Sánchez, el actual líder del PSOE y presidente del Ejecutivo, así como en el rumbo del partido socialista y la situación política nacional.
Felipe González, con el estilo directo que le caracteriza en sus apariciones públicas más recientes, no escatimó en críticas hacia su propio partido, al que acusó de haberse alejado de los valores fundacionales del socialismo democrático. “El PSOE de hoy no se parece al que nosotros construimos”, señaló con gesto serio, en una intervención que pareció más una advertencia que una simple opinión.
Pablo Motos, por su parte, no se limitó al papel de moderador y compartió también su descontento con la gestión actual del Gobierno, sumándose a las críticas con preguntas incisivas y valoraciones que muchos interpretaron como una posición política clara.
Durante la charla, González se mostró especialmente duro con Pedro Sánchez, a quien acusó de gobernar con una “visión táctica y cortoplacista”, y de haber debilitado el prestigio institucional del país. “No se puede jugar con las instituciones como si fueran piezas de ajedrez de una partida personal”, afirmó.
En un tono casi melancólico, el expresidente se comparó con el personaje de Pedro en el cuento de “Pedro y el lobo”: “Llevo años avisando y nadie escucha. Cuando el lobo llegue, será tarde”.
La intervención de González ha generado revuelo en redes sociales y en el ámbito político, donde algunos sectores lo ven como una voz necesaria, mientras otros lo acusan de alimentar la división interna del PSOE.
