Julián Álvarez no solo ha recogido el testigo de Antoine Griezmann en el Atlético de Madrid, lo ha elevado. Lo que comenzó como un proceso de transición compartida entre dos generaciones rojiblancas, ha terminado con el argentino luciendo ya con todo derecho la corona de máximo referente ofensivo del equipo. Y lo hace batiendo registros que no se veían desde los mejores tiempos del Cholismo.
Con 26 goles en su temporada de debut, Julián ha superado los 25 tantos que firmó Griezmann en su primer curso como colchonero, consolidándose como una de las grandes sensaciones del fútbol europeo. Esta explosión goleadora no solo llega en el peor momento de Antoine en el club, sino que sitúa al ex del Manchester City en una línea ascendente que podría convertirlo en una leyenda del club si mantiene el ritmo.
Un inicio de época
Las comparaciones no se detienen en Griezmann. El nombre de Julián ya empieza a pronunciarse junto a mitos rojiblancos como Falcao, autor de 36 goles en la temporada 2011-12, o incluso Pruden, que ostenta el récord histórico con 46 tantos en la 40-41. Más recientes, los 42 de Baltazar (88-89) y los 35 de Hasselbaink (99-00) también marcan el listón que la «Araña» parece dispuesto a desafiar.
A falta de siete jornadas de Liga y al menos tres encuentros en el Mundial de Clubes, Álvarez tiene en la mira los 29 goles que logró Vieri en la 97-98. Una marca al alcance para un delantero que no parece tener techo.
Palabras mayores en el Metropolitano
“Para mí es un sueño jugar con esta camiseta, con este escudo. Para mí lo es todo”, confesó el propio Julián, emocionado por su presente en el club madrileño. Desde el cuerpo técnico también se reconoce su impacto. «A Julián le decimos que Lewandowski lleva muchos más goles», bromeaba recientemente Simeone, destacando el hambre competitivo del joven argentino.
Julián Álvarez ya no es solo una promesa. Es una realidad. Un goleador con aura de estrella y con un legado por construir. El Metropolitano tiene nuevo ídolo, y su rugido empieza a escucharse en los rincones más altos del Olimpo colchonero.
