Ha fallecido en Málaga el inmigrante cuya emotiva imagen abrazando a una voluntaria se convirtió en un símbolo de la inmigración ilegal en España. Su historia tocó a millones tras lograr alcanzar Ceuta a nado, un acto que lo llevó a convertirse en rostro emblemático del drama migratorio.
En un momento difícil, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ordenó su devolución “en caliente” tras su llegada a Ceuta, pero él no se rindió. La lucha por sus derechos lo llevó a enfrentarse a España ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, demostrando su determinación por buscar un futuro digno.
Su travesía continuó cruzando el océano hasta Lanzarote en un cayuco, y finalmente logró regularizar su situación y obtener sus papeles en Málaga. Su fallecimiento deja un vacío entre quienes siguieron su historia, símbolo de la lucha y la esperanza de miles de migrantes.
