El Gobierno de Vivas ha decidido reorientar su estrategia de vivienda para abordar la creciente demanda de hogares asequibles. Con el nuevo Plan de Vivienda 2025-2028, se busca no solo aumentar la oferta de viviendas, sino también mejorar la calidad y sostenibilidad de las mismas.
Este plan se centra en dos pilares fundamentales: la promoción pública directa y la adopción de un sistema de construcción industrializado. Estas estrategias permitirán acelerar el proceso de construcción y reducir costos, haciendo que las viviendas sean más accesibles para los ciudadanos.
El objetivo es entregar 425 viviendas en alquiler con precios que oscilan entre los 360 y 600 euros mensuales. Este rango de precios está diseñado para ser asequible para familias de ingresos medios y bajos, quienes a menudo enfrentan dificultades para encontrar opciones de vivienda adecuadas en el mercado actual.
La promoción pública directa implica que el gobierno local tomará un papel activo en la planificación y ejecución de estos proyectos de vivienda. Esto incluye la selección de terrenos, la gestión de permisos y la supervisión de la construcción, asegurando que se cumplan los estándares de calidad y sostenibilidad.
Por otro lado, el sistema industrializado de construcción se refiere al uso de técnicas modernas que permiten la fabricación de componentes de edificios en fábricas, que luego se ensamblan en el sitio de construcción. Este método no solo reduce el tiempo de construcción, sino que también minimiza el desperdicio de materiales y mejora la eficiencia energética de los edificios.
El impacto esperado de este plan es significativo. No solo proporcionará viviendas asequibles a cientos de familias, sino que también estimulará la economía local al crear empleos en la construcción y sectores relacionados. Además, al adoptar prácticas de construcción sostenibles, el plan contribuirá a los objetivos ambientales de la ciudad.
En resumen, el Plan de Vivienda 2025-2028 representa un enfoque innovador y proactivo para abordar la crisis de vivienda. Al combinar la promoción pública directa con la construcción industrializada, la ciudad está sentando las bases para un futuro más equitativo y sostenible en términos de vivienda.