El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado este jueves que se encuentra “bien” y “fuerte”, tras atravesar un mes y medio complicado a raíz del llamado caso Cerdán, una investigación judicial que ha salpicado al entorno del PSOE y generado tensión dentro del Ejecutivo.
Durante su intervención ante los medios, Sánchez ha reconocido que la corrupción vinculada a figuras del partido ha supuesto un duro golpe para su gestión: “Lamento profundamente que estos casos opaquen los avances logrados por el Gobierno en los últimos años”. No obstante, el presidente ha mostrado confianza en que podrá recuperar la confianza de la ciudadanía, apelando a la transparencia y al compromiso ético.
Además, Sánchez se comprometió públicamente a estudiar la forma de revertir las ventajas fiscales otorgadas a grandes empresas, que están siendo objeto de investigación judicial. Estas rebajas, según el juez, fueron diseñadas durante la etapa del exministro Cristóbal Montoro y han generado controversia en el marco del actual escándalo.
Con un tono firme, el presidente quiso dejar claro que su gobierno no tolerará conductas que comprometan la integridad institucional: “La regeneración democrática no es solo un compromiso, es una necesidad”.
