El presidente estadounidense respalda al líder del Kremlin pese a rechazar un alto el fuego de 30 días y restar importancia al esfuerzo diplomático ucraniano
Las esperanzas de un avance en las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania se han visto seriamente comprometidas este viernes, luego de que tanto el presidente ruso, Vladímir Putin, como el expresidente estadounidense Donald Trump adoptaran posturas que han socavado los esfuerzos diplomáticos en curso en Estambul.
Putin, fiel a su retórica habitual, desestimó la viabilidad de un alto el fuego propuesto por mediadores internacionales, que buscaba al menos 30 días de tregua para facilitar ayuda humanitaria y abrir una ventana para el diálogo. Mientras tanto, Trump sorprendió a observadores y diplomáticos al expresar su respaldo a Putin, al tiempo que desacreditaba públicamente a los negociadores ucranianos presentes en la cumbre en Turquía.
«Putin está haciendo lo que cree necesario para proteger a su país», declaró Trump durante un acto político en EE.UU., evitando criticar la negativa del Kremlin a aceptar el alto el fuego. Sus palabras fueron interpretadas como un guiño al presidente ruso, en un momento en que la comunidad internacional esperaba una muestra de unidad frente a la agresión en Europa del Este.
Desde el inicio de las conversaciones en Estambul, representantes ucranianos han insistido en la urgencia de un cese temporal de hostilidades, al menos para permitir corredores humanitarios. Sin embargo, la postura inflexible de Moscú y el gesto de Trump han debilitado las expectativas de un acuerdo inmediato.
Funcionarios europeos presentes en las negociaciones expresaron su frustración. «Es difícil avanzar cuando líderes clave del panorama internacional, lejos de apoyar la paz, legitiman la agresión y minan los esfuerzos de diálogo», señaló un diplomático bajo condición de anonimato.
A medida que se intensifica el conflicto en Ucrania, el futuro de las negociaciones en Estambul permanece incierto, con cada vez más voces señalando que la presión diplomática internacional deberá redoblarse si se pretende frenar la escalada bélica.
