Niños son llevados a campos de entrenamiento donde se les enseña tácticas militares con fusiles AK-47 de madera
En un inquietante giro del conflicto en Ucrania, Moscú ha intensificado sus esfuerzos por adoctrinar a menores ucranianos en los territorios ocupados, inculcándoles formación militar y lealtad al Kremlin. Diversos testimonios y reportes señalan que niños están siendo llevados a polígonos de entrenamiento donde reciben instrucción paramilitar básica, incluyendo ejercicios de rastreo y reptado con réplicas de fusiles AK-47 hechos de madera.
“Nos hacían reptar en el barro con armas de mentira y gritar consignas”, relató un menor ucraniano que logró regresar a territorio controlado por Kiev. “Nos decían que Ucrania era nuestro enemigo y que debíamos estar listos para defender a Rusia”.
Según fuentes independientes, este sistema de adoctrinamiento forma parte de un plan más amplio del Kremlin para afianzar el control ideológico en las zonas ocupadas del este y sur de Ucrania. El programa incluiría no solo entrenamiento físico, sino también clases con propaganda, símbolos soviéticos y mensajes patrióticos rusos.
El modelo se inspira en iniciativas similares promovidas por la Unión Soviética durante la Guerra Fría, incluidos los Juegos Patrióticos, competencias militares juveniles que han sido resucitadas en estos territorios. Moscú busca así crear una nueva generación de ciudadanos rusófilos que vean a Ucrania como un adversario y estén dispuestos a tomar las armas contra ella.
El gobierno ucraniano ha condenado duramente estos programas, calificándolos de crímenes de guerra y violaciones flagrantes del derecho internacional, al utilizar a menores en actividades de carácter militar. Diversas organizaciones de derechos humanos han exigido una investigación inmediata y el fin de estos entrenamientos forzados.
Mientras tanto, el Kremlin no ha emitido declaraciones oficiales al respecto, aunque medios estatales rusos han difundido imágenes que muestran a niños uniformados participando en juegos “patrióticos” y campamentos juveniles con estética militar.
La comunidad internacional observa con creciente preocupación esta nueva táctica del conflicto, que convierte a menores en instrumentos de propaganda y potenciales combatientes en una guerra que ya ha cobrado miles de vidas.
