El Gobierno de Pedro Sánchez ha encajado un nuevo revés en su intento por situar a Nadia Calviño o a otro candidato español al frente del Eurogrupo. Por segunda vez, España no logra los apoyos necesarios para hacerse con este puesto clave en la política económica de la eurozona.
Fuentes diplomáticas apuntan a que uno de los principales obstáculos ha sido la debilidad actual del grupo socialista europeo en las principales instituciones comunitarias, sumada a una pérdida de peso político de Sánchez dentro del tablero europeo. A pesar de los esfuerzos del Ejecutivo por tejer alianzas y presentar una candidatura sólida, los respaldos se han mostrado insuficientes.
Este segundo fracaso reaviva el debate sobre el rol de España en la toma de decisiones en Bruselas y sobre la estrategia seguida por el Gobierno para posicionar a sus representantes en los principales cargos de la Unión Europea.
