Se baraja un posible cambio de cartera para rebajar la presión sin apartarla del Ejecutivo
El papel de María Jesús Montero dentro del Gobierno y del PSOE vuelve a generar debate, especialmente en el seno del socialismo andaluz. Sectores del partido en esta comunidad autónoma expresan su preocupación por el creciente desgaste de la vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda, en un contexto político cada vez más exigente.
Desde Andalucía, algunas voces consideran que su continuidad en un ministerio de tanto peso podría afectar negativamente al PSOE regional, especialmente de cara a futuras citas electorales. La percepción de un desgaste acumulado y la necesidad de «refrescar» el perfil del partido están detrás de estas dudas.
Sin embargo, en la dirección federal del PSOE, Ferraz, se impone una visión diferente. Según fuentes próximas a la ejecutiva, la figura de Montero sigue siendo clave en el engranaje del Gobierno y su presencia en primera línea otorga «más foco» mediático y político al partido. Por ello, defienden que la ministra mantenga sus actuales responsabilidades, al menos hasta que se convoquen las próximas elecciones.
Como posible solución intermedia, se ha planteado trasladarla a una cartera de menor exposición pública, lo que permitiría rebajar la presión sin prescindir de su experiencia y perfil político. No obstante, desde Ferraz insisten en que, por ahora, no está previsto ningún cambio inminente en la estructura del Ejecutivo que afecte a Montero.
Este cruce de opiniones refleja una vez más las tensiones internas entre las distintas sensibilidades del PSOE y evidencia las dificultades para equilibrar el peso territorial con las necesidades estratégicas del Gobierno central.
