El recién nombrado primer ministro de Canadá, Mark Carney, protagonizó este martes un tenso intercambio con el expresidente estadounidense Donald Trump durante una reunión pública en el Despacho Oval. El episodio, que por poco se convierte en un incidente diplomático, dejó en evidencia las persistentes diferencias entre ambos líderes.
Durante el encuentro, organizado con fines protocolares y comerciales, Trump lanzó un comentario aparentemente en tono de broma: “¿Qué tal si finalmente hablamos de comprar Canadá?”, provocando incomodidad en la sala. Carney, visiblemente sorprendido pero firme, respondió sin titubear: “Canadá no está en venta y nunca lo estará”.
El ambiente se tornó más denso cuando Trump, sin perder su estilo provocador, replicó con una sonrisa: “Nunca digas nunca”, alimentando las especulaciones sobre sus verdaderas intenciones políticas y económicas respecto al vecino del norte.
Aunque el equipo de prensa de la Casa Blanca intentó restar importancia al momento, calificándolo como un “intercambio amistoso”, fuentes cercanas a la delegación canadiense confirmaron que Carney se mostró molesto tras el episodio. El primer ministro evitó mayores enfrentamientos en público, pero su equipo canceló una breve aparición conjunta que estaba prevista tras la reunión.
Mark Carney, exgobernador del Banco de Inglaterra y del Banco de Canadá, asumió el cargo de primer ministro tras una campaña centrada en la defensa de la soberanía y el medio ambiente. Su reacción ante Trump ha sido ampliamente celebrada en redes sociales como un gesto de firmeza y dignidad nacional.
La visita, que originalmente tenía como objetivo reforzar la cooperación bilateral en temas energéticos y comerciales, quedará marcada por esta polémica que remueve tensiones históricas entre ambas naciones.
