La negociación para reeditar una candidatura unitaria de la izquierda se complica por momentos. La presión de Podemos para que Izquierda Unida (IU) abandone el Gobierno está generando una fuerte tensión en las conversaciones para conformar una coalición de cara a las próximas elecciones generales.
Fuentes cercanas a la negociación aseguran que la formación morada insiste en que IU debe desligarse del Ejecutivo si quiere concurrir junto a ellos, un movimiento que ha sido interpretado por dirigentes de IU como un intento de forzar una ruptura.
Antonio Maíllo, coordinador federal de IU, ha acusado abiertamente a Podemos de «tener tomada la decisión» de concurrir en solitario a los comicios. “Todo indica que ya han optado por presentarse por su cuenta y están utilizando esta exigencia como coartada”, ha afirmado.
El clima entre ambas organizaciones, que ya venía siendo tenso tras los resultados de las elecciones europeas, se ha enrarecido aún más en los últimos días. Desde IU defienden su presencia en el Gobierno como un compromiso con las políticas sociales y una muestra de responsabilidad institucional. En cambio, desde Podemos argumentan que esa participación resta credibilidad al proyecto alternativo que dicen querer representar.
Mientras tanto, otros actores de la izquierda observan con preocupación el deterioro del diálogo, conscientes de que la fragmentación podría traducirse en una merma significativa de representación parlamentaria.
Por ahora, las negociaciones continúan, aunque marcadas por la desconfianza y el riesgo real de que la confluencia de izquierdas salte por los aires.
