El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a generar polémica internacional al declarar en un mitin que su país «sabe dónde está el ayatolá Ali Jamenei», líder supremo de Irán, aunque afirmó que por el momento no tomarán represalias directas contra él. Sus palabras han sido interpretadas como una implicación tácita de Estados Unidos en el creciente conflicto entre Israel e Irán.
Durante su intervención, Trump aseguró que, de continuar las hostilidades en la región, Estados Unidos podría actuar con firmeza, dejando entrever una posible escalada militar. “Sabemos exactamente dónde se encuentra el ayatolá Jamenei. Pero no lo mataremos… al menos no por ahora”, declaró, provocando una oleada de reacciones tanto a nivel nacional como internacional.
Estas declaraciones se dan en un contexto de alta tensión en Medio Oriente, con enfrentamientos recientes entre fuerzas israelíes y milicias apoyadas por Irán, lo que ha elevado la preocupación por un conflicto de mayor escala que pueda arrastrar a potencias extranjeras.
Aunque la Casa Blanca no ha respondido oficialmente a los comentarios de Trump, varios analistas han advertido sobre el riesgo que implica utilizar este tipo de retórica en un clima ya de por sí volátil. Además, líderes demócratas y algunos republicanos han cuestionado la conveniencia de sus palabras, señalando que podrían ser interpretadas como amenazas de asesinato selectivo, algo que históricamente ha sido motivo de controversia en la política exterior estadounidense.
Trump, quien busca la nominación republicana para las elecciones presidenciales de 2024, ha endurecido en los últimos meses su discurso sobre política internacional, presentándose como el único capaz de restaurar el «liderazgo fuerte» de Estados Unidos en el mundo.
