El presidente estadounidense celebra el inicio de negociaciones, pero Moscú evita comprometerse y condiciona el cese de hostilidades a futuros acuerdos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a fracasar en su intento de convencer al presidente ruso, Vladímir Putin, de aceptar un alto el fuego en el actual conflicto. A pesar de los esfuerzos diplomáticos liderados por Trump, el Kremlin ha evitado compromisos concretos y dejó claro que «un alto el fuego será posible cuando se logren acuerdos», sin dar más detalles sobre posibles condiciones o plazos.
Trump, sin embargo, se mostró optimista y celebró que «se iniciarán de inmediato negociaciones», señalando incluso al Vaticano como una posible sede para las conversaciones. “Estamos dando un gran paso hacia la paz”, declaró, aunque sin respaldo explícito de Moscú.
La respuesta ambigua del gobierno ruso genera dudas sobre la efectividad de la mediación estadounidense y refleja la complejidad del proceso diplomático. Por ahora, las hostilidades continúan mientras las partes mantienen posiciones distantes en temas clave.
